Fmérides90.3Noticias

18 de Octubre

1972. Día Internacional de la Protección a la Naturaleza.

#DíaMundialdeProteccióndelaNaturaleza.

Surgió de una carta enviada por Juan Domingo Perón a Kurt Waldheim, por entonces secretario general de las Naciones Unidas. El dirigente argentino, por entonces exiliado en su residencia española de Puerta de Hierro, advirtió en su misiva sobre:

La marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biósfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la tecnología”.

Poco tiempo después en ese mismo año, la Asamblea General de la ONU determinó que el 18 de octubre sería el Día Internacional de la Protección a la Naturaleza, una fecha cuya vigencia se renueva cada año, cuando el avance del cambio climático, generado en buena medida por las acciones del ser humano, amenaza a los distintos ecosistemas del planeta y la fauna de todas las especies que los pueblan, así como la misma vida humana.

  • Cifras para tener en cuenta

Greenpeace informa que más del 50% de la población mundial vive en la urbanización. Los ciudadanos de las grandes ciudades consumen un 66% más de energía y de recursos, que otros sectores rurales. De esta manera, estas zonas producen el 70% de las emisiones de gases que afectan al medioambiente.

En la Argentina, informes de Greenpeace han demostrado una suma de 2,8 millones de hectáreas de bosques pérdidas en los últimos 12 años. En el año 2020, fueron alrededor de 115.000 de hectáreas las que se han quemado con incendios forestales, situación que generó una emergencia forestal y climática.

  • Vilma Sanz:

Docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.

Quizá provocada por la solicitud de reflexionar sobre el Día Mundial del Medio Ambiente, mi primer pensamiento fue hacia Mafalda y sus preocupaciones de clase media progresista, capaz de sentir empatía por la injusticia y su mirada crítica de la realidad; e inmediatamente recordé una tira en donde, una Mafalda profundamente compungida, dice a una Susanita resignada:

“Hoy en el diario sale una noticia deprimente En todo el mundo trabajan 43 millones de chicos en condiciones deficientes. ¿Te das cuenta? ¡Y es un informe de la Organización Mundial del Trabajo y qué sé yo! ¡43 millones de chicos deben trabajar para vivir!” Y la respuesta de Susanita que me llevó a recordar esa tira en particular: “¿Y? ¿Tenemos nosotros la culpa? ¡No! ¿Podemos nosotros solucionar semejante problema? ¡No! Lo único que podemos hacer es indignarnos y decir ¡Qué barbaridad!”.

Colmo de paradojas, Mafalda deja de publicarse en junio de 1973, un año después que la Cumbre de la Tierra fuera convocada por la Organización de Naciones Unidas e iniciara sesiones un 5 de junio y proclamara la Declaración de Estocolmo alertando acerca de la necesidad de un criterio y unos principios comunes que ofrezcan a los pueblos del mundo inspiración y guía para preservar y mejorar el medio ambiente humano; y un año antes que comenzara a instalarse ese día como Día Mundial del Medio Ambiente, hace de eso 51 años, como los millones de niños que preocupaban a Mafalda…

¿Y Susanita? ¿Tenía razón Susanita cuándo afirmaba que lo único que podemos hacer es indignarnos y decir ¡Qué barbaridad!?

Pues en estos años hemos definido que hay acciones, más allá de la indignación, que podemos tomar:

Consumir menos y más responsablemente, producir y consumir alimentos agroecológicos, evitar el uso de químicos reemplazados por bio-insumos, exigir que los productos que consumimos preserven otras especies, separar residuos domiciliarios, reutilizar envases, utilizar bolsas de tela para nuestras compras, conservar semillas nativas para mejorar los cultivos, compostar restos orgánicos, promover el uso de fuentes de energía renovables, cerrar canillas al lavarnos evitando el desperdicio de agua, recolectar agua de lluvia para riegos, evitar dejar nuestros desperdicios en playas, zonas de recreación y turismo, gestionar la ampliación de redes cloacales para el tratamiento de aguas servidas, preservar bosques, mares y cursos de agua, hábitats y biodiversidades con todas las acciones anteriores.

Y mientras realizamos todas estas tareas y educamos a nuestros niños/as/es en todos estos hábitos de sociabilidad cuidadosa del medio ambiente, empresas transnacionales continúan usando agua potable para fracking, vacían cianuro y mercurio a los cursos de agua, deforestan bosques nativos para el agronegocio o monocultivos, vuelcan residuos de procesos industriales sin tratar ni descontaminar en cursos de aguas que atraviesan kilómetros hasta desembocar en otros cursos de agua con el que se surte el consumo domiciliario, utilizan agroquímicos en la falsa ecuación que sólo el paquete tecnológico producirá la cantidad de alimentos necesarios para paliar el hambre, nos visten con una industria que produce el 20% de las aguas residuales y cambia los dictados de la moda cada temporada, en definitiva y volviendo a un clásico de Quino, “Juegan las negras y dan jaque mate cuando les da la gana”.

  • Cómo ayudar a la naturaleza

Actualmente uno de los principales objetivos de las Naciones Unidas, es conseguir un mundo más sostenible, esto es lo que promueve en la Agenda 2030, lograr que los países obtengan su desarrollo sin afectar la naturaleza, más bien aprovechando los recursos renovables que esta posee.

La mejor manera de ayudar con este propósito es cumpliendo los siguientes objetivos:

  • Utilizar fuentes energéticas renovables.
  • Reciclar y reutilizar el plástico y todo aquel material de desecho con el cual se puedan crear nuevos productos.
  • Hacerle mantenimiento regular al automóvil o cambiarlo por uno que use biocombustibles o energía eléctrica solar.
  • Construir urbanismos de techos verdes.
  • Generar composta orgánica en nuestros hogares para reducir la basura en las ciudades.
  • Llevar bolsas de compras ecológicas.
  • Reducir nuestra huella de carbono.


1926 – Nace el músico y cantante estadounidense Chuck Berry.

Comenzó trabajando como músico en fiestas pero no tuvo gran éxito, por lo que buscó distintos trabajos como conserje, carpintero, fotógrafo y estudió para ser peluquero. Pero él no estaba destinado a solo cortar el cabello de los hombres, sino a hacer que se les erizara cuando escucharan su música.

En 1953 fue invitado para suplir a un músico y se unió al »The Sir John Trio», banda de Rhythm and blues liderada por el pianista Johnnie Johnson, en quien más tarde Berry se inspiraría para escribir su canción Johnny B Good.

Más tarde y debido a la popularidad que ganó por su carisma y forma de tocar, la banda fue renombrada como Chuck Berry Combo.

Para 1955, Berry pudo conocer tras una presentación a su ídolo Muddy Waters, y éste al escucharlo, le recomendó que se presentara ante Leonard Chess, dueño de Chess Records. 

En julio de ese año Berry lanzó con Chess Records su primer sencillo Maybellene, el cual rápidamente alcanzó la fama y vendió más de un millón de copias.

  • El sencillo Johnny B Goode fue tomado como un ícono del rock y fue incluido en el disco de oro de gramófono que fue enviado al espacio “Sonidos de la Tierra”, en el Voyager 1 en 1977; además, por supuesto, de su inolvidable ejecución por Marty MacFly en Back to the Future.

Como una clara muestra de que una estrella del rock puede vivir lo suficiente como para ver a sus hijos tocar sus canciones, Chuck Berry murió hasta los 90 años de edad.

Pocos meses antes, en 2016 había anunciado su último álbum Chuck, con temas nuevos luego de 38 años de inactividad, en el cual estaría acompañado por sus propios hijos en la banda. 

En marzo de 2017, Chuck Berry, mejor conocido como el padre del rock, fue hallado muerto en su casa por causas naturales, luego de haber rockeado por nueve décadas.

  • Sin él, nada habría sido igual.


 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *