28 de Julio
- 1981. El comienzo de Teatro Abierto
Comienza la mayor experiencia de resistencia cultural contra la dictadura: Teatro Abierto.
El movimiento es una iniciativa de actores y dramaturgos, que presentan obras cortas en el Teatro Picadero.
A los pocos días, el 6 de agosto, la sala sufre un incendio y las obras se mudan al Tabarís, concitando gran adhesión de público.
Entre las obras escritas para la ocasión destacan »Gris de ausencia» de Roberto Cossa, »Decir sí» de Griselda Gambaro, »Lejana tierra prometida» de Ricardo Halac y »Mi Obelisco y yo» de Osvaldo Dragún.
“Para mirarnos a la cara sin vergüenza”
La rebeldía del teatro argentino no nació con Teatro Abierto 1981, pero dada la singularidad e importancia de este movimiento en el contexto de la dictadura militar se convirtió en epopeya y bastión de resistencia creativa para sus protagonistas: autores, directores, intérpretes, escenógrafos, músicos y técnicos.
Este movimiento, que en principio surgió del agravio de los autores ante la indiferencia y el menosprecio de sus obras por parte de quienes dirigían los teatros oficiales y la universidad (la cátedra de Teatro Argentino Contemporáneo había sido eliminada), estuvo integrado por artistas que manifestaron su rechazo a la mordaza social, básicamente a través de su trabajo personal y, a veces, conformando grupos.
El mismo año en que comenzó a gestarse Teatro Abierto (a fines de 1980), los medios de comunicación masiva mantenían al día sus listas negras. Prohibidos y sospechosos debían emigrar o escribir bajo otro nombre. Era el caso de algunos autores y guionistas. La búsqueda de una estrategia para expresarse en conjunto surgió de una serie de reuniones realizadas en la confitería de la Sociedad de Autores de la Argentina (Argentores). Allí, en noviembre de 1980, Dragún aportaba empuje e ideas junto a los colegas fundadores del movimiento. Entre otros muchos Roberto Cossa, Carlos Somigliana, Elio Gallípoli, Carlos Gorostiza, Máximo Soto, Ricardo Monti, Oscar Viale y Jorge García Alonso.
Las primeras muestras se iniciaron el 28 de julio y culminaron el 5 de agosto. El escenario era el Teatro del Picadero, donde se vieron Decir sí, de Gambaro; El que me toca es un chancho, de Alberto Drago, y El nuevo mundo, de Somigliana. Después, el desastre de la madrugada del 6 de agosto: un incendio intencional, nunca aclarado. Pero el hecho le dio un cariz más político a lo que hasta entonces era ante todo un acto de resistencia ético-cultural. Se imponía rearmarse.
Frente al Picadero destruido se reunieron técnicos y artistas: Dragún, Cossa, Somigliana, Gorostiza, el actor Alberto Segado, los directores Antonio Mónaco, Omar Grasso y muchos más. Hubo asamblea en el salón de Argentores y una conferencia de prensa en el Teatro Lasalle. El ciclodebía continuar. Hubo adhesiones, entre otras del escritor Ernesto Sabato, de Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, y de Jorge Luis Borges, a través de un telegrama. Los dueños de salas comerciales ofrecieron espacios.
Teatro Abierto fue una apuesta de la imaginación y una reafirmación de valores, como los de la libertad y la diversidad de opiniones y estéticas. Aquel celebrado intento de dar cuenta de su existencia y crear un canal de comunicación y complicidad sigue vigente, más allá de si hoy les importa o no a los teatristas trascender su ámbito, explosión que logró últimamente el ciclo Teatro x por la Identidad, al cual apoyaron no pocos integrantes de Teatro Abierto. Tal vez porque éste dejó una marca. Como decía el pionero Dragún sobre el movimiento concretado en el 81, porque “el objetivo profundo fue volver a mirarnos a la cara, sin vergüenza”.
- 1741. Muere Antonio Vivaldi
Acaso el principal compositor del Barroco en Italia, fallece en Viena a los 63 años.
Nacido en Venecia en 1678, se lo conoció como «Il Prete Rosso» («El Cura Rojo»), por su doble condición de sacerdote y pelirrojo.
Su fama se debe a la primera obra programática de la historia de la música: Las cuatro estaciones, un conjunto de conciertos para violín que describen la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
Compuso decenas de óperas, entre las que destaca Orlando furioso, basada en el poema de Ludovico Ariosto. También escribió gran cantidad de obras de música sacra.
1750. Fallece Johann Sebastian Bach a los 65 años en Leipzig.
Fue el más grande compositor del barroco alemán y una de las cumbres de la música universal.
Se destacó como organista y clavecinista y fue el patriarca de una fecunda familia de músicos.
Entre sus obras destacan la »Misa en Si Menor», las seis suites para cello solo, La Pasión según San Mateo, las Variaciones Goldberg, las cuatro suites para orquesta, los dos conciertos para violín, el concierto para dos violines, la Ofrenda Musical, la Toccata y Fuga en Re Menor, los seis Conciertos de Brandeburgo, El clave bien temperado, El arte de la fuga y decenas de cantatas.
- 1947. Muere Celedonio Flores
Celedonio Flores, uno de los poetas fundacionales del tango, fallece pocos días antes de cumplir 51 años.
A su pluma se le deben los versos de tangos canónicos como “Mano a mano”, “Corrientes y Esmeralda”, “El bulín de la calle Ayacucho” y “Margot”.
1943. Nace Richard Wright, en Londres (Reino Unido). Teclista, fue, junto a Roger Waters (bajista) y Nick Mason (batería), fundador de Pink Floyd, grupo al que estuvo unido hasta 1979, cuando durante la grabación de «The wall» sus agrias diferencias con Waters le llevaron a abandonar la formación, aunque siguió un par de temporadas más unido a la banda en directo en calidad de músico contratado.
En 1987, regresó a la reflotación de unos Pink Floyd bajo el exclusivo mando de Gilmour. En 2005, se unió a sus antiguos colegas para participar en el festival Live 8.
En Pink Floyd, Wright jugó el papel, durante los años de gloria del grupo, de hombre discreto, dejando que David Gilmour y Roger Waters ejercieran de líderes e ideólogos.
En solitario grabó dos álbumes: “Wet dream” (1978) y “Broken China” (1996).
Murió en septiembre de 2008.
Día Mundial contra la Hepatitis