“Senjutsu”: Iron Maiden
La Traducción literal de la palabra japonesa Senjutsu que titula el Disco Doble que lanzó Iron Maiden es “Táctica” — Arte de la Guerra”.
En tiempos de consumos Efímeros, Ediciones de Simples y de los Realities, la Banda comandada por Steve Harris lanzó un álbum doble con composiciones que en muchos casos superan los 10’ e incluyen largos pasajes Instrumentales. Épica, Audacia y el Eterno sello de la ‘Doncella de Hierro’.
Se puede afirmar que existe una “Táctica Iron Maiden” y que sus Integrantes, además de Músicos, son Artistas que Guerrean Década tras Década para seguir conquistando Terreno en el campo de Batalla de la Música, llevando siempre adelante la Bandera del Heavy Metal.
Se trata del Décimo Séptimo álbum de Estudio de la Banda & La Obra está a la Altura de la Trayectoria del Grupo.
El sexteto juega de Memoria: todos tienen “su” momento en el larga duración pero, como siempre, lo colectivo prima por sobre lo individual.
El director y padre de la criatura es Steve Harris, que además de tocar el bajo como pocos, en esta ocasión se encargó de los teclados, la producción (junto al sudafricano Kevin Shirley, quien ya trabajó con el grupo y con otros músicos de la talla de Rush, Jimmy Page, Aerosmith y Joe Satriani) y la composición de la mayoría de las canciones.
Esta tarea la compartió con el cantante Bruce Dickinson y los guitarristas Adrian Smith y Janick Gers. Como ya es costumbre, la formación la completan Dave Murray –también en guitarra– y Nico McBrain –en batería–.
Senjutsu expresa una continuidad en relación a la placa anterior del sexteto, The Book of Souls (2015), por ser un disco doble y, también, en la construcción estética de su arte de tapa en la que Eddie, la mascota característica del grupo, emerge de un fondo despojado y oscuro, esta vez enfundado en un uniforme samurái bañado de sangre y sosteniendo una enorme espada con un dragón tallado.
El álbum dura más de una hora veinte minutos y se compone de diez tracks: seis en la primera placa y cuatro en la segunda.
Senjutsu es la demostración de que no siempre todo tiempo pasado fue mejor para las bandas de la magnitud de Iron Maiden